Persecución

El miércoles pasado mis papás se fueron a Tehuacán, en el estado de Puebla y me dejaron sola y abandonada con mi hermano más chico que yo (por un año), pero mucho más alto.

Bueno total que mi mamá dejó la camioneta para que nos fuéramos juntos a la escuela. Ya les había contado que esa camioneta es difícil de manejar, pero pues yo iba muy alegre hasta que tenía que tomar el Periférico (una vía rápida), y pues uno obviamente se frena antes de tomarla...

Total que cuando me freno llega un taxi bocho y se me estampa en la parte de atrás. En ese momento se vienen todos los pensamientos de "me van a matar", "seguro se cayó la defensa", "y se acaba de vencer el seguro", "voy a llegar tarde a clase", "esto me va a costar un ojo de la cara", "jamás me vuelven a prestar el coche", etc...

Mientras tanto mi hermano gritaba un montón de cosas que seguro no puedo reproducirles aquí.

Pues como cualquier ciudadana decente, me orillé para arreglarme con el taxista... Pero ¡se dió a la fuga! así que me trepé de nuevo y me puse a perseguirlo...

(Mi hermano sigue gritando)

Ya habían pasado varias cuadras y ya casi lo alcanzaba, cuando de repente vemos dos taxis: placas parecidas, coche parecido... y surge la pregunta de los 64 mil ¿a cuál seguimos?

(Mi hermano sigue gritando)

Uno se sigue derecho y el otro dobla a la izquierda, nos vamos detrás del que le dió a la izquierda. Piso el acelerador, le prendo las luces, le toco el claxón y hacemos que se pare.

(Mi hermano sigue gritando)

Nos orillamos, y a la hora de arreglarnos con él, nos damos cuenta de que ¡nos equivocamos de taxista!

Moraleja: No trates de ser buena ciudadana.