El otro día platicaba con unas de esas personas que no sabes ni cómo llegan a tu vida, pero que cuando lo hacen no quieres que te dejen...
Me contaba de su abuela, es polaca, y le tocó vivir en la segunda guerra mundial. Ella habitaba justo en aquella zona donde se había firmado que Alemania no podía invadir, así que estaba dominada por la URSS.
A su abuela la mandaron un tiempo a un campo de concentración en Siberia. Para escapar del territorio controlado tuvo que abordar un barco para atravesar uno de esos lagos internos que tiene Europa.
Dejó atrás a muchas personas, personas que luchaban por subirse al barco y que no cabían más y que sabían que si no abordaban la muerte era segura porque el ejército les estaba pisando los talones.
Yo le contaba de la mamá de Daniel. Ella es rusa y gracias a sus antecesores de apellidos judíos pudo salir de la URSS.
Pero antes de eso vivía en un cuarto junto con su mamá, su hermana, su esposo y su hijo. Su papá se había muerto durante la revolución rusa.
Por esos días yo leía a Ayn Rand, su libro "Los que vivimos", habla sobre lo que pasó después de la revolución rusa desde el punto de vista de una burguesa.
Le pedí a la mamá de Daniel que me cocinara algo típico... Cuando regresé a la casa había en un platillo más raro que he probado en mi vida.
Una sopa dulce: se servía fría y tenía un conjunto de verduras desconocidas para mi. El platillo típico era una sopa fría porque en la URSS sólo podían prender la estufa una vez al día, había que ahorrar el gas.
Ahora, éstas historias ya son pasado. Ya casi nadie se compromete con algo y lucha por ello hasta el fin.
Por ello existen asuntos como "el barco abortista" del que habla María Jesús. Vamos, que si se concentraran estos esfuerzos creativos y se orientaran para el bien, para la vida, este mundo sería otra cosa.
Pero todavía hay personas que quieren mejorar el mundo, cada una desde su trinchera. Así que desde aquí le mando mi reconocimiento a ustedes que a pesar de todo le siguen echando ganas, ya sea con marchas, con veladoras, con escritos, con palabras...
jueves, 16 de octubre de 2008
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4 comentarios:
Pobre gente, con lo bien que sienta la sopa caliente y sobre todo en un sitio tan frio.Yo ultimamente tambien he conocido gente que tiene unas historias tremendas. Cuantas cosas hay por hacer
Qué bien contado, historias tristes, pero por eso grandes, enormes historias que hay que compartir para evitar un mundo frío.
Entro todos los días, espero que escribas, que lo haces muy bien y muy interesante
Pues....Saludos
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