Así que para empezar decidí aumentar mi condición física con la bicicleta.
A dos cuadras de mi casa está la ciclopista, que aunque parezca medida populachera del gobierno del D.F. (ciudad de México) funciona bastante bien.
Para construirla se adaptaron tramos de la vía del ferrocarril México- Cuernavaca, que dejó de funcionar hace mucho, levantaron los rieles y la pavimentaron.
La ciclopista abarca desde Ejército Nacional (cerca del centro de la ciudad) hasta Tlalpan (sur) a la altura de la salida a Cuernavaca, Morelos.
Para construirla tuvieron que cruzar varias colonias. Entre ellas, hay una específicamente que se parece a la tierra de nadie (como en la película). Dice mi hermano (porque mi condición física todavía no me da para llegar hasta allá) que si pasas por ahí te pueden secuestrar y nadie se da cuenta.

En esa colonia ni siquiera dejaron que se pusieran los puestos de auxilio que están en toda la ruta de la ciclopista.
La parte que yo conozco es de las más bonitas, está muy tranquila y rodeada por lo que en otros tiempos era el bosque de Tlalpán, que está rodeado por varios cerros: el Ajusco (donde yo vivo), el volcán Xitle (que hizo erupción y su roca formó la zona de Pedregal, donde casi nunca se sienten los temblores) y otros.

Espero que mis paseos de tres veces a la semana aumenten mi condición física... ¡¡La primera vez que lo intenté no pude ni siquiera llegar a la ciclopista!!

Saludos